Estremecimiento

Solo quiero compartir el estremecimiento, cuando noto que llueve mi cuerpo solo siente y ese sentir me invade como el agua a la tierra.

Así de fácil, se cuela en mí.

Convertir el polvo en barro, convertir la piel en juego, convertir miradas en te quieros, unas gotas en mil ríos.

Darle el espacio al agua en la vida y sentir desde el punto más bajo de aceptación.

Tener al mar como guía, tener al viento como reloj. Poner huellas en cemento seco, todo se puede esculpir, si te estremeces como yo, con la lluvia con tus dedos con el tacto con los besos... Todo se puede hundir.

Felicidades

Amigo mío, no es tu cumpleaños mientras escribo estas palabras, pero no necesito que sea una fecha importante para recordar, sentir y honrar a quienes llevo en mi corazón y que forman parte de mi espíritu de una manera única.

Pocos pueden decir eso.

Sabes bien que creo en ti.

Sabes que todo lo que hemos compartido es y será un, más que fortuito, afortunado cruce de caminos. 

Es un honor ceder mi energía a la vida compartiendo instantes, chispas y conexiones contigo.

Como una taza caliente y amable en las manos frías en invierno.

Como la sombra y brisa fresca del atardecer eterno en verano.

Como la primavera cuando florece como las ideas que compartimos.

La amistad es eso.

Así como lo es es florecer, tal vez en jardines separados, pero permitirle al viento nos deje de nuevo  brotar juntos en la misma parcela 

Y seguir creando, seguir perdiendo, seguir sintiendo y compartiendo con más pétalos, historias, colores y vivencias.

Te deseo, no en este día concreto en el que lo lees, sino en todos, hasta cuando no nos tenemos en el pensamiento, lo más increíble que puedo imaginar: deseo que sigas siendo. Porque con que seas, es suficiente.

Arriba o abajo, en la sombra o en la cima. 

Porque hasta en el momento de mayor oscuridad de tu vida he visto como sacabas sonrisas a niños en la primera fila de tus escenarios. 

He visto como te preocupabas por mi, cuando ni siquiera lo hacías por ti y he sentido el poder que emana tu esencia hasta cuando no reflejabas ni siquiera un ápice de ilusión...

Así que, permítete ser y como te digo año tras año, sigue brillando, sigue siendo magia.

Te dejo algunos deseos más que siento que tendrás que leer en esta bonita fecha: 

No cargues mochilas que no son tuyas, tan solo lleva el equipaje que reconozcas como tuyo.

No te diré que no sientas el dolor o la tristeza, pues como gran artista, seguirás teniendo noches eternas que quemen más de lo que deberían. Pero te deseo que no sufras de más, solo lo justo para entender, valorar y soltar. 

Por último, no tengas miedo de tus sombras, los demonios que te hablan, tienen argumentos muy coherentes que poder rebatirles, pero si algún día te pueden, llámame, estaré siempre y hablaremos juntos con ellos.

Te quiero amigo, feliz cumpleaños, feliz día cualquiera, feliz vida.

Si añoras, guarda la magia

Hoy tenemos la luz que las estrellas no podían darnos para leer nuestros pensamientos en la noche, pero ahora no podemos despegarnos de la más grande oscuridad, de la de dentro, de la de verdad.

Solo espero que la luna no sienta envidia ahora que su reflejo no te sirve para alumbrar esas sombras porque querer nuca fue ni será suficiente, amar nunca es ni será la medicina sino la enfermedad.

Pero ojalá que el cariño que sientas sea sincero y ojalá te trates con la compasión que mereces recibir. 

Espero que se quede ese punto, esa grieta que nadie sabe que ya se seca, espero que se riegue con el amor del último instante, ese en el que te das cuenta que no quieres que se acabe, pero el final es inminente.

Antes de que se seque tu mirada antes de que se descosa tu boca, antes de que alguien reviente en el alma de la pena, antes de eso, ojalá que se pueda perdonar tanta oscuridad, porque ya nada vuelve a ser como antes y solo queda el anhelo de lo que pueda venir nuevo.

No conoces el sendero de todo lo que siento y la vida que sientes no es ni la mitad de todo el universo que acompañará a mis arrugas. 

Las que llevaré en la cara y ojalá pensar que sabré decirte una a una en que llanto surcó esa runa que se queda en mi rostro para corvar tu juicio cuando me mires. 

Si algo añoras de lo que fue, espero que la costumbre se quede con tu magia y así, grabado a fuego como una cultura y a pulso de la desventura de estar vivo, encuentres con otro ser, con otra forma de sentir, con otro refugiado de la vida, un trozo de papel

y entonces haz lo que quieras con él. Pero a la vida, déjala ser.