jueves, 27 de junio de 2019

Que no sea de partida

Si defines el punto de partida sobre un pilar de miedos, el punto y final tropezará con su final como si fuera el protagonista de Crónicas de una muerte anunciada.

Si comienzas un camino sin meta, si trabajas sin la ilusión del logro, si vives en constante desaliento, si no te das placer, si no quiebras y tropiezas para volver a echar a correr... 

Mejor no definas un punto de partida. 

Llámalo puntos suspensivos, paréntesis, comillas, separa ese punto como mejor sepas del resto de tu vida, hasta que encuentres el valor y el motivo que te haga empezar algo bajo un manto de alegría.



sábado, 8 de junio de 2019

Les tiene miedo.

Tiene la cara como un esqueleto de cabra, tiene el morro ennegrecido por el ahumado de los años y el desgaste de los cirios que le salen de la cuenca de los ojos. Los cuernos se vuelven hueso ocre tal y como suben enroscados desgarran el tejido de la capucha que le cubre la nuca.

Lleva una túnica azul, parece un kimono y su bordeado de flores rosas y verdes se desenvuelve entre el contraste de las mangas vaporosas. 

No se le ven las manos, en el vacío de la extensión de sus muñecas se puede ver la llama de los que han perdido la esperanza pero no la fe y carcomidos por el odio de quienes les han hecho perder.

Parece una estatua, una de esas de los parques bajo la que los niños juegan a desenterrar las piedras más pequeñas y se ríen sin miedo porque saben que están bajo el amparo de un futuro que lejos de ser incierto, a ellos les tiene miedo.

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jueves, 6 de junio de 2019

La última

Como barrer una playa de arena y sacudir el sol para secarle las lágrimas.

Como la bandera que se rompe si sopla el viento y las huellas que se borran sobre cemento húmedo.

Una casualidad escrita que acaba en -e siendo -a. 

Un relámpago cuando se funden las luces.

La última mirada cuando todo indica que ya no hay nada más que ver.



miércoles, 5 de junio de 2019

Juicio de 15 minutos

¿Hoy habéis vuelto a hablar, verdad? Dime, ¿qué les has dicho?

¿Cuántas noches le has dedicado a pensar en lo que hiciste?

Porque yo a veces sigo sin dormir por culpa de tu ignorancia.

Tu castigo solo lo conocerás tú porque... yo no me quedaré ni como espectadora ni ejecutora.

El castigo de los que hablan alto es una sentencia pública, una muerte a gritos y un descanso para el olvido en una era donde el juicio es online y los próscritos se llaman valores y moral.

15 minutos de fama, 15 de angustia, una reputación de por vida y cientos de voces que intentando argumentar, opacan la verdad del inocente, que, aunque no es la única verdadera, si es la única que debería ser escuchada. 

Porque las injusticias deben tener la voz del débil y no de quien se aprovecha de ellas y vive en la moralidad del accidente.


Enseñar y aprender

Enseñar y aprender. Nunca imaginé que irían tan de la mano, que serían tan recíprocos. Cuando fui alumna nunca imaginé estar enseñando a mis...