sábado, 28 de junio de 2025

Lápices

 ¿Recuerdas los lápices del colegio?

Los de punta del 2, negros y amarillos.

El otro día pensé que eran como una abeja, si afinabas bien la punta, mejor letra hacía pero era más probable que se me rompiera.

Puede que sea afinar mucho, pero creo que la forma de encontrar nuestro renglón en el mundo para escribir nuestra historia, depende de lo afilada que tengamos la punta. 

Lo exigentes que seamos con el mundo, o dicho de otra forma, lo afilada que tengamos la punta que sacamos al mundo, dará como resultado rompernos por el esfuerzo de siempre estar hilando fino o dejar por ahí marcado algún trazo más grueso porque dejamos que se nos desgaste la punta.

Aquí todo vale, no hay juegos, pero sí inconsciencia. No es inocencia, es inconsciencia. Un papel en blanco para crear, mil líneas que escribir...


Qué peligroso me parece enfrentarse al mundo con un papel y una punta de lápiz afilada, qué locura es el empezar a escribir un papel de niño y acabarlo siendo viejo y pretender que la punta sea igual de fina, que la letra no haya cambiado y que la historia tenga coherencia.

Pero de alguna forma, siempre lo logramos, todos acabamos escribiendo nuestra historia con nuestro propio idioma y lenguaje, eso es admirable.

Estamos hechos para contar nuestra historia, con un lápiz, aunque sea sin punta.




sábado, 24 de mayo de 2025

Despedidas

No es lo mismo que te despidan de tu trabajo que en una cama de hospital.

No sabe igual despedirte de tu piso de soltero que de casa de tus padres.

No es lo mismo pero sí.

Hay un "casi igual" que desequilibra la balanza. 

No es lo mismo pero tú tampoco y lo que a una vez le querías decir adiós, de repente lo echas de menos.

Y de lo que jamás te imaginaste que podrías despedirte, ya ni lo piensas.

Esa balanza desequilibrada, realmente equilibra la importancia.

Un adiós que te enseñó lo que es la libertad siempre pesará más que un adiós inevitable.

De momento, aquí, todavía no ha llegado el momento de decir adiós tacitas.

Gracias y hasta luego.




viernes, 9 de mayo de 2025

No ha cambiado nada

No ha cambiado nada, tanto tiempo, tantos sueños, tantas ganas...

Nada.

No hay nada como la constancia de algo. Aunque sea malo.

Ver como la muerte que de forma constante forma parte de la vida.

Viene de frente y se va sin despedirse.

Como el ácido sobre el mármol, que no dejará de ser corrosivo y mermar su brillo.

Todos tenemos algo constante dentro, podrido, que nos devora que nos oxida hasta el final y con ese algo somos y vivimos y seguimos creyendo en algo así como la inmortalidad.

Una inmensidad ajena a la vida que inevitablemente bebe de ella.

No ha cambiado nada, todo es blanco o negro. Y en medio, tantos grises como segundos tiene el tiempo.




sábado, 5 de abril de 2025

Conocernos y concedernos

 Nos falta conocernos más a nosotros mismos, pero conocernos con todo.

Conocer por qué nos alteramos es práctico, pero saber por qué recurrimos a alterarnos es conocerse.

Conocer qué queremos cenar y poder cocinarlo es fantástico, pero saber qué hacer cuando nos encontramos ante la imposibilidad de satisfacernos, eso es gestionarse desde el autoconocimiento.

Hilaré más fino, conocernos, pero conocer qué es lo que realmente queremos ser y vivir... y tener la fuerza de mantener la acción necesaria hasta conseguirlo. Eso es ser, ser de verdad.

Conocernos, darnos lo que queremos, sanar todos los retazos de autoexigencia forzada hacia un camino que nos corrompió y que ahora no podemos deshacer. 

Conocer para dar y dar para sanar. 

Conocer para concederte la libertad.

Cuánto poder.


miércoles, 2 de abril de 2025

Incluso muertos




Mi abuelita me decía que no me fiara de nadie, que en la vida me iba a encontrar con gente de toda clase.

Somos recuerdos en la mente de aquellos que nos quisieron, y una vez marchamos, lo que dijimos e hicimos es lo que se queda en el mundo de los vivos, aún actuando. Como si tuviéramos voluntad propia incluso muertos.

Por eso creo que los fantasmas existen y por eso creo que mi abuelita no sabía nada de esto cuando me repetía: "No te fíes nunca nunca de nadie más que de tus padres... y a veces, ni de ellos".

Ella no podía saber que yo crecería tras un muro de mi corazón, agazapada en una esquina, desconfiando de la vida. Ella no podía saber que me fiaba más de mis fantasmas que de mí misma.


miércoles, 12 de marzo de 2025

Eventos canónicos

Los eventos canónicos son esos que te hacen conectar cables y decir, vaya, así que cuando todo el mundo hablaba de ser adulto se refería a esto.

Lo de ser adulto es un ejemplo, claro, pero Sara tenía muy presentes todos los eventos canónicos de los que le habían advertido.

De hecho, se había empezado a plantear que toda la vida le parecía un evento canónico. Pero al revés.

A ella todos le salían al revés. Siempre le habían dicho

"Ya verás qué liberada te sentirás cuando empieces una nueva relación"

"Ya verás qué ganas de ser madre te van a dar cuando tengas 30"

"Ya verás qué complicada es la convivencia en pareja"

"Ya verás que cuando tengas un trabajo estable no querrás que se acabe"

Y una tras otra iban cayendo en picado y rompiéndose en mil pedazos, igual que las ideas preconcebidas que seguían a esos supuestos eventos.

De hecho, cuando empezó una nueva relación tras su ruptura con el guitarrista macarra que le llevó a los mejores conciertos y las peores lloreras de su vida, empezó una relación con una barista que a pesar de que le hacía los mejores cafés de la zona, no consiguió quitarle la añoranza y el pesar del pecho.

Daba igual lo enamorada que estuviera, sus sentimientos necesitaban, aparentemente, más tiempo que los de los demás para perder fuerza,

Cuando tenía 25 estaba mucho más emocionada con la idea de ser madre que con 30.

Cuando se fue con su pareja a vivir, pensó que simplemente la vida era infinitamente más fácil y barata.

Cuando tuvo trabajo estable, se pasó los siguientes 5 años rezando por que se acabase, hasta que la despidieron.

Solo hay un evento canónico con el que estuvo de acuerdo y es el de "Ya verás cuando vayas al supermercado, te darás cuenta de lo caro que es vivir".

Efectivamente, nunca había mirado un aguacate con tanto respeto como cuando tuvo que racionarlos como pequeños y cremosos lingotes de oro.

A Sara todo le salía al revés y aunque estaba agradecida con la vida por todo lo que le había dado, muchas veces se sentía tremendamente fuera de lugar, pero realmente, lo único que le faltaba era dejar de comparar su vida con la de los demás. 

Porque ella era diferente y sentía, podía ver y bailar entre las líneas de lo mundanamente establecido y lo fugaz de lo divino en cada cosa. Podía ser, más allá de cualquier norma social, más allá de todo y de todos.

Así que Sara vivía sin miedo al borde de la hipocresía, sonriendo a quienes se identificaban con ella porque pensaban que compartían esos eventos canónicos que se supone que te convierten en uno más y siguió bailando por los márgenes y a compás y guardó en una libretita sus verdaderos eventos canónicos, alejados de todos los demás.


Se lo dedico a Marina, gracias por hacerme libre y por que me mueva siempre a destiempo, entre líneas y que parezca que sé bailar.






domingo, 12 de enero de 2025

Familia, amor, salud y tacos

Menos mal que no tuve que irme, que no hice caso ciego de quienes me decían déjalo todo y prueba a alejarte.

Pude entender que madurar y hacer mi nido no era abandonar el que me habían dado mis padres,  pero sí poner distancia.

Qué lección de vida más complicada.

Al final solo había que decidir ir a cenar unos tacos un domingo noche con una persona a la que quieres, o dos, o tres, o contigo, pero ir. Y cenar el taco, hablar con el camarero, pasear hasta casa y hacerte un colacao antes de dormir mientras escribes lo que sientes.

Al final la felicidad solo era cuestión de volver a lo de siempre.

Dar las buenas noches a quien quieres. Dormir sin miedo del día siguiente.

"Podemos tener dinero pero nunca seremos más ricos que ahora" Eso me ha dicho hoy mi madre, mientras comíamos en familia y todos con salud. Qué sabia es, qué suerte tengo, qué ganas de seguir volviendo a lo de siempre y que un domingo sepa a familia, amor, salud y tacos.



Lápices

 ¿Recuerdas los lápices del colegio? Los de punta del 2, negros y amarillos. El otro día pensé que eran como una abeja, si afinabas bien la ...