Estirado en el suelo, aplastando la hierba - Y unos cuantos horribles bichos.- según ella, dejó su saco de dormir y salió de la tienda de campaña a dar un paseo.
No se veía nada, las nubes tapaban cualquier resplandor de la luna y a Ciara no se le daba muy bien orientarse por el bosque, así que optó por sentarse al lado de lo que quedaba de la hoguera de la cena.
Dejo la mente vagar por doquier, sin importarle el tiempo que pasase, con la mirada perdida al infinito, confundiendo así sus oscuros ojos con la belleza de la noche.
En otoño, de madrugada y en la montaña hace mucho frío y viento, era casi un milagro que en toda la semana que llevaba de acampada no hubiese llovido. De manera que le sorprendió cuando, una fría ráfaga de viento unió el murmullo de las hojas de los árboles al canto de los animales nocturnos.
Unas brasas de la hoguera escaparon del círculo y se acercaron a Ciara, ésta alargó la mano con cuidado y atrapó una entre sus dedos. Ya no quemaba pero le gustaba notarla caliente deshacerse en sus manos, y así paso la noche hasta que se pudieron vislumbrar los primeros rayos del alba.
By:Kiissy
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