sábado, 22 de diciembre de 2018

Cuatro letras por cuatro días

Carta de amor de un soldado en sus últimas sonrisas.

No tengo prisa, pero no me impidas tenerte ganas. No tengo dudas pero no me puedes desvanecer los miedos. Lo que si que puedes hacer es seguir ilusionándome con otro hola en una estación, con un abrazo de los tuyos, con un beso de los que llevan tu sonrisa incorporada, con tu mirada de preocupación a la mínima que me cambia la mirada, con tus sentidos al cien y un sin sentido por mi. 

Eres la desconocida que me liberó. Te tengo grabada a fuego como si fueras el mapa y el tesoro a la vez. Conozco tus esquinas, tus subidas y bajadas, tengo tus suspiros en mi garganta y tu fuerza en las muñecas, la pasión marcada en la piel y tu vulnerabilidad compartida que me hace acariciarte con más amor del que puedo sostener.

Esto no se va a pasar, porque no lo voy a permitir. Siempre que te sienta, lucharé por ti. Vales la pena, y ni siquiera me la tienes que dar para sentir que tu vida vale más. 

Esa tonta manía de mirarme y concentrarte en mis ojos como si fueras a descubrir un acertijo sin cerradura ni cerrojo. Fascinada y emocionada. Te quiero siempre así. No te he hecho llorar suficientes alegrías para la vida que me vas a dar. 

No quiero derrochar por el mundo el calor que me has llegado a dar, me lo quiero quedar todo para mi y por eso de noche me sobran las telas y me falta tu piel. Me muero por tus sentidos y por tu forma de amar. Siento que me pierdo si no te puedo hacer llegar todo lo que te he llegado a amar. Supongo que por eso, sigo empeñada en hacerte sentir especial en cuatro letras cuando tú me has dado un mundo nuevo dónde ser y descubrirte en cuatro días.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja un comentario y haz más amena esta hora del té :) GRACIAS

Enseñar y aprender

Enseñar y aprender. Nunca imaginé que irían tan de la mano, que serían tan recíprocos. Cuando fui alumna nunca imaginé estar enseñando a mis...