Aquí en 2020 es cuando he empezado a llorarte.
Ya me conozco el proceso donde la puerta por donde se sale de tu vida cada vez es más grande, la voz más muda y todo, supuestamente, menos importante.
Te necesito junto a mi para seguir creyendo en el amor. De qué te puedo culpar yo si solo soy un simple peón de una mente demasiado asustada.
Lo que tengo es lo que soy y lo que quiero, en teoría, a dónde voy.
Los problemas se hacen sumas y la resta somos tú y yo
Y con el estómago en un nudo te aviso de que el dicho de: "La vida son dos días" es una mentira.
Yo llevo aquí ya unos cuantos días y joder, que lento va.
Nunca veremos juntos Japón.
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