Siempre descubro desde la cima de mi mundo que hay unos cuantos críos maltratando el culto. Desde la religión que me toca y la suerte sobrepuesta, me siento por encima del muro y me absuelvo yo sola.
Destruyo así mi política, mi procedencia con un origen húmedo y el camino recto que me acompaña.
Me deslizo y acabo con las leyes empeñadas a decidir lo que me toca, sobornadas para rasgar las telas de mi cuerpo. En coalición y sin bendición de autoridad que me salve del verso final.
Hay muchas líneas que bailan al son del pentagrama, cortinas de humo en clave de mentira. El sol se esconde, no hay sitio para él y aún es mediodía.
Y es que religiones hay muchas, por esencia y sin descendencia que se prenden furiosas por su principio sin causa.
By: Kiissy