lunes, 23 de marzo de 2020

Antes de las dudas

El cielo estaba ahí antes que las dudas. 

No olvidemos esto cuando empecemos a titubear mirando a las nubes, como si la respuesta estuviera escrita en su lluvia. 

Entre los ángeles y demonios del corazón, nos enfrentamos al rechazo con diversidad. Y así la batalla logra la victoria para el lado del color.

Y es que es comprensible tener miedo a no encontrar la armonía entre tanto dónde dibujar...

Para paliar los miedos nos acogemos a la norma, porque pisar el suelo nos hicieron creer que era más seguro que volar por el cielo. 

Pero igual que de niño pintabas fuera de la raya, y lo ponían en la nevera con un imán, ahora sal de la raya y te lo pondrán en internet.

No habrán palabras para definir lo que siento cuando miro nuestras fotos, pero el pasado no es presente sino que es un simultáneo del amor. 

Así como el perdón lo es del rencor. 

Así como la indiferencia lo es del olvido.



viernes, 20 de marzo de 2020

La pérdida

La pérdida es esencial para el crecimiento:

Si no pierdes no aprendes. 

Si no te falta, no buscas.

Lo que aprendemos de la pérdida, al final, es que no existe tal.  

Porque no puedes perder algo que está dentro de ti y si no está dentro de ti, no es algo que pierdes sino algo que sobra. 

Dentro de ti, al igual que dentro de mí, estamos todos. A tu interior pertenecen todos los animales de este cosmos, toda la materia en creación y destrucción, toda acción con intención que, interesada o no, exige una doctrina.

Dentro de mi llevo las cenizas de las llamas y hasta la última brisa salada. 

Por eso solo sanas de la pérdida cuando pierdes, porque al final aprendes que nunca te falta lo que de verdad importa. 

Y así la pérdida se convierte en una suerte casual y la paradoja del "ya no está" desaparece sin más.


martes, 17 de marzo de 2020

No podrás

Es más fácil que un asesino entienda a la víctima, que los mares se sequen y que no vuelva a salir el sol a que tú entiendas por lo que pasé... Porque no quieres entender y como no quieres, no podrás.

"Antes estabas más encerrada en casa, no te quejes ahora"

No quiero ni intentar que sientas lo que yo sentí cuando dijiste eso, porque esa frase está tan vacía de empatía y comprensión que dudo que ni intentándolo pudieras.

A alguien con 40 de fiebre no le dices que le conviene salir a la calle porque lleva muchos días encerrado. Lo mismo pasaba conmigo. 

Es contraproducente para alguien con depresión y ansiedad estar con personas que le producen más ansiedad y depresión, aunque no sea verdad, aunque solo esté en mi cabeza, hay que respetar el proceso, el espacio y las necesidades.

Así que imagínate lo absurdo que era forzarme a estar más con gente que me agravaba mi malestar, cuando hasta con depresión y ansiedad salía todos los días a sacar al perro no una, sino hasta dos veces. 

Piensa lo innecesario que era poner a una persona que lucha por su felicidad contra la espada y la pared, queriendo que se sienta mal por encontrar por fin a alguien que le hace feliz... Solo porque tu moral y tus valores crecieron en el rechazo a la diversidad.

Recapacita y dime: alguien con depresión y ansiedad que sale todos los días a pasear mínimo una vez, que pasa el día gestionando sus emociones, buscando trabajo para salir del paso y que intenta entablar una relación sana y estable... dime si esa persona necesita que la fuercen más o que le hablen con rechazo por sentir amor. 

"Eres un mierdas" Eso es lo que tendría que haberte contestado, pero me callé. Me quedé en silencio, gestionando la oleada de mala leche que me recorrió la espalda, lo gestioné, irónicamente, tal y como había aprendido en esos meses de "encerrada en casa". 

Y me fui. 

Si ahora llevo peor el estar en casa es porque antes salía una vez al día, ahora no piso la calle. 

Antes procesaba emociones, ahora necesito actividad para quemarlas

Necesito moverme más es porque antes caminaba y estaba tumbada, sentada, tenía tiempo libre para hacer ejercicio cuando mis emociones me lo permitían... 

Pedí un psicólogo, pedí ayuda y no lo considerasteis procedente y sé que en parte fue por no querer aceptar que yo estuviera sufriendo y no pasa nada. Salí adelante de la única forma que supe y que tuve ovarios de sostener.

Y resulta que ahora tengo dos trabajos que ejerzo de forma online por solidaridad, porque vivimos una pandemia mundial, y trabajo sentada en una silla al lado de la cama dónde descanso, desde las 9 de la mañana hasta las 14 y otra vez desde las 17.00 hasta las 19.30 en el mejor de los días. 

Y disculpa si me repito, pero estoy sin salir de casa y sin tiempo libre para hacer ejercicio. 

Así que cállate. Guárdate tus mierdas en tu cabeza. Ya no puedes decirme nada. Y por cierto, no tienes ningún derecho ni siquiera de hablar de ese periodo de mi vida, porque no solo fuiste un agravador de mi malestar, sino que además no podrás entenderlo jamás.

Intento no guardarte rencor, perdonar y pasar página, facilítamelo.





Qué buen momento

Qué buen momento para ser una pieza más de la partida y salir del tablero. Qué buen momento para saltar, aunque sea demasiado hacia arriba. ...