Tiemblo por dentro porque te siento, porque tú tiemblas, porque te llevo dentro.
Corro y me paro a la vez, como quien se marea y pierde la partida justo antes de vencer.
Los finales son enlaces que te hacen llegar al centro de ti mismo y en ese cara a cara te dices a ti mismo que ese escalón que acabas de subir no lo habías visto venir.
Ni en una vida podría entender la calidad y dicha de la partida que supone despegar un pie del suelo para subirlo al escalón de arriba.
Porque aunque cuesta subir, los escalones nos marcan el camino de lo que llevamos por dentro.
Tú sigue haciendo temblar mis entrañas que yo seguiré subiendo.
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