lunes, 30 de diciembre de 2013

La soledad de la tinta en el papel.

Esperando ansiosa con los dedos sobre el frío teclado para comenzar a escribir, con la primera frase dibujada en su memoria lista para ser plasmada en el papel pronto recorrido por la impecable tinta.

Las letras se sucedían una tras otra, mucho tiempo ansiaba ese momento de lograr algo y poder plasmarlo en algún lugar donde los juicios solo dependen de la moral y del tedio que embriaga las acciones cotidianas.

Una llamada la sacó de su éxtasis literario, una llamada sin fondo, sin arte ni versos, sin rimas ni dulzura, nada como lo que la soledad del papel la tinta y su perturbado dúo, mente y corazón le ofrecían incondicionalmente.

En seguida colgó con cierto desdén y continuó su labor imperturbable aceptando los frenos de la vida, las limitaciones del espacio-tiempo y todo eso que hace un tiempo hubiese podido romper con solo cerrar los ojos y dejarse llevar a través de los caminos del sueño y los deseos ya fuesen carnales o espirituales, bien podían relacionarse con los anhelos del corazón o con las furiosas lágrimas de la impotencia. Pero ahora se veía lejos de lograrlo.

Nada es lo que era, o todo sigue tan igual que parece cosa de lejana posibilidad adaptarse y crecer a la vez.

Porque se trata al fin y al cabo de eso, de nacer seguir el camino determinado que todos siguen para acabar seas pobre o rico en los brazos de la muerte acunado por su imperturbabilidad y calmado en el desconcierto de que lo que al fin y al cabo has vivido ha sido tuyo y no ha estado mal porque algunos días has sonreído y alzas tu orgullo como si fuese la bandera de la patria victoriosa tras la batalla y nos regocijamos en los placeres y olvidamos la desdicha, nos quedamos en las plácidas noches que dormimos hasta el amanecer y olvidamos cuantas lagrimas se derramaron a la luz de la luna sin saber porqué.

No nos planteamos que lo que ahora nos parece grande será pequeño al acabar y pienso que algo malo hay en mi que nada puede hacer que logre la felicidad real como quien alcanza un un sueño y este se desvanece sin mas dejando caer su glorioso disfraz dejando entrever las fauces del lobo que te arrastran a la fosa de aquellos que lucharon sin luchar y pintaron en sus bocas una sonrisa de imbecilidad porque no admiten el no haber llegado a nada más que la miseria sin siquiera haber sabido lo que era una verdadera grandeza.

Estúpidas sonrisas, miradas de superioridad y las que te dan amor y calidez se quedan apartadas en la mente forzosamente porque no conviene, no es momento, si las disfruto ahora... que quedará para luego más que un alma sola que ansíe los abrazos de la negra con guadaña de la señora que ni juzga ni puede ser juzgada.

Ahora todo queda claro, solo hay que dejar que las cosas vengan de cara y nunca dejar de teclear, entre suspiros acabó su interrumpido folio antes virgen y dejó el papel a la deriva frente la perdida mirada del mundo entero, esperando a ver si alguien lee su pensamientos.


By: Kiissy





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