Qué buen momento para ser una pieza más de la partida y salir del tablero.
Qué buen momento para saltar, aunque sea demasiado hacia arriba.
Qué buen momento para soltar, por mucho que duela todo más en el vacío.
Qué buen momento para decir lo que pienso, por fin puedo hacerlo sin una guerra de por medio.
Qué buen momento para tener un punto y a parte en este mundo.
Qué buen momento para que nadie me reconozca.
Qué buen momento para volver a ser.
Qué buen momento para preguntarme quién quiero ser.
Siempre es un buen momento, pero este en especial... qué buen momento.
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