Creo sinceramente que la gente no quiere ver su rostro envejecido por no sentir merecidas las arrugas de la sabiduría que se ciernen sobre la piel formando los surcos del pasado presente y un futuro con días contados. Porque en el fondo sabemos que no estamos preparados que un caminante que mira al suelo desaprovecha su camino como nosotros con la vida y las cosas que no aprendemos.
Quiero desear una muy muy feliz navidad a todos que sean tiempos duros, que no siempre el amor esté en el aire o que la realidad golpee las mejillas de la gente sigue adelante por el futuro y el presente, porque será una valiosa lección que guardarás en tu corazón y que a la próxima nada ni nadie podrá detenerte.
Que en este nuevo año te guíe la fuerza y la ilusión de tu despierto corazón, prepáralo con vacunas y sedantes, tiritas y vendajes no le cierres ninguna puerta ni fuerces las otras, porque si están con candado es por algo.
Siente ese amor escondido tras las sombras, que alejamos por no recordar que no todo lo que brilla es bueno ni toda la oscuridad mala.
No digas no sin un argumento, da igual si es decente o no, tan solo dilo y no permitas que nadie lo analice ni descarte sin haberlo hecho tu antes.
Todos tenemos derecho a sentirnos mal, refugiarnos bajo las mantas y sentirnos desgraciados pero nada de eso puede perdurar tanto tiempo como para saciar tu corazón sientete afortunado por poder decirle basta, por ese autocontrol.
FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!
lunes, 26 de diciembre de 2011
sábado, 24 de diciembre de 2011
Lovely Daddy
Alasse escribía una y otra vez la carta a los reyes magos y Santa Claus. El pompón al final del bolígrafo se agitaba incansable mientras ella fruncía el ceño, tiraba la hoja y volvía a empezar.
Sus labios formaban una fina línea de determinación, este año quería conseguir el regalo más grande que se puede pedir, este año su padre volvería de la guerra por navidad.
-Alasse hija, coge el teléfono.
Alasse corrió al piso de abajo para responder, su madre estaba embarazada de 7 meses. Iba a tener un hermanito y trataba de que su madre no hiciese ningún esfuerzo innecesario.
Su madre, Devorah, Decía constantemente que cuando naciese el pequeño Corey su deseo de navidad se habría cumplido.
-¿Diga?
-Hola querida.
-¡Abuela!
-¿Qué le parece a tu madre ir a comer a un restaurante hoy?-Alasse miró el reloj sorprendida.
-¡Pero si son las dos de la tarde!
-Lo se, pero se me ha ocurrido así de repente y...
-Alasse, ¿Quién es?
-Ho, ¿Esa que oigo es tu madre?
-Si abuela, ahora te la paso.
La pequeña le tendió el teléfono a su madre y se quedo expectante a la conversación.
-¿Devorah?
-Si mama, dime.
-¿Que te parece que vallamos a comer a algún sitio?
- ¿A comer, eh?- Se hizo un silencio en ambas líneas de teléfono, Devorah observó detenidamente los ojitos suplicantes de su hija, hasta que de repente dijo:
-Vale, está bien, pero a algún sitio cerquita, que no puedo coger el coche con Corey dando pataditas.
La abuela rió alegre
-Muy bien, pues paso a por vosotras en un ratito, ¡Estad preparadas!.
-Si, hasta luego.
-¿Y...?
-Venga cariño, vístete que nos vamos con la abuela.
Alasse fue a su cuarto corriendo feliz por el inesperado plan y rebuscó en su armario, hasta dar con el conjunto perfecto. Pero, antes de salir de la habitación escribió algo más y selló la carta.
Fueron al Cha-fla, un restaurante de comida Japonesa. Se sentaron el una de las mesas cercanas al cristal y hablaron de todo un poco, su abuela le brindaba tiernas sonrisas al ver a su nieta aburrida, removiendo un taquito de sushi que le quedaba deshecho en el plato.
-Alasse, tienes que acabártelo todo o Santa creerá que eres una mala niña.
-No, Santa sabe de sobra que me porto bien. Y mamá, ¡Tenemos que enviarle la carta a Santa!
Devorah y su abuela rieron y contianuaron con la conversación.
Un rato después Alasse había acabado con el sushi, por miedo a que Santa la pusiese en la lista de niñas malas y fueron a enviar la carta.
-Bueno chicas, gracias por la comida, nos veremos en Noche Buena.
-Adiós mama.
-¡Adiós!
Alasse le dio un sonoro beso de despedida y Nora, se fue a casa.
Desde dos manzanas antes, ya se veía el enorme edificio de correos, Con una gran cúpula que desprendía su propia luz. Unas columnas de mármol cobrizo en forma de espiral daban paso a la entrada del lugar.
-Qué bonito es. Parece que la navidad le da... Algo especial ¿No?
Como toda respuesta, la pequeña asintió y cogidas de la mano entraron.
Lo primero que vieron fue un gran árbol de navidad decorado en oro y mate, con una brillante estrella vigilándolo todo desde lo alto.
A través de las ramas pequeños copos de nieve se habían acomodado y formado una suave capa blanca.
-¡Mira mama! ¡El árbol de navidad mágico!
-¿Mágico?
-Pues claro. ¿No ves que está nevado y bajo un techo? ¡Eso sería imposible sin magia!
-Señoritas, ¿Puedo ayudarlas?
-¿Eh? Disculpe señor, no le había visto.
El hombre rió
-Es normal, no se ve un árbol mágico todos los días.- Contestó guiñando un ojo a Alasse quien le repuso con una gran sonrisa.
Sus labios formaban una fina línea de determinación, este año quería conseguir el regalo más grande que se puede pedir, este año su padre volvería de la guerra por navidad.
-Alasse hija, coge el teléfono.
Alasse corrió al piso de abajo para responder, su madre estaba embarazada de 7 meses. Iba a tener un hermanito y trataba de que su madre no hiciese ningún esfuerzo innecesario.
Su madre, Devorah, Decía constantemente que cuando naciese el pequeño Corey su deseo de navidad se habría cumplido.
-¿Diga?
-Hola querida.
-¡Abuela!
-¿Qué le parece a tu madre ir a comer a un restaurante hoy?-Alasse miró el reloj sorprendida.
-¡Pero si son las dos de la tarde!
-Lo se, pero se me ha ocurrido así de repente y...
-Alasse, ¿Quién es?
-Ho, ¿Esa que oigo es tu madre?
-Si abuela, ahora te la paso.
La pequeña le tendió el teléfono a su madre y se quedo expectante a la conversación.
-¿Devorah?
-Si mama, dime.
-¿Que te parece que vallamos a comer a algún sitio?
- ¿A comer, eh?- Se hizo un silencio en ambas líneas de teléfono, Devorah observó detenidamente los ojitos suplicantes de su hija, hasta que de repente dijo:
-Vale, está bien, pero a algún sitio cerquita, que no puedo coger el coche con Corey dando pataditas.
La abuela rió alegre
-Muy bien, pues paso a por vosotras en un ratito, ¡Estad preparadas!.
-Si, hasta luego.
-¿Y...?
-Venga cariño, vístete que nos vamos con la abuela.
Alasse fue a su cuarto corriendo feliz por el inesperado plan y rebuscó en su armario, hasta dar con el conjunto perfecto. Pero, antes de salir de la habitación escribió algo más y selló la carta.
Fueron al Cha-fla, un restaurante de comida Japonesa. Se sentaron el una de las mesas cercanas al cristal y hablaron de todo un poco, su abuela le brindaba tiernas sonrisas al ver a su nieta aburrida, removiendo un taquito de sushi que le quedaba deshecho en el plato.
-Alasse, tienes que acabártelo todo o Santa creerá que eres una mala niña.
-No, Santa sabe de sobra que me porto bien. Y mamá, ¡Tenemos que enviarle la carta a Santa!
Devorah y su abuela rieron y contianuaron con la conversación.
Un rato después Alasse había acabado con el sushi, por miedo a que Santa la pusiese en la lista de niñas malas y fueron a enviar la carta.
-Bueno chicas, gracias por la comida, nos veremos en Noche Buena.
-Adiós mama.
-¡Adiós!
Alasse le dio un sonoro beso de despedida y Nora, se fue a casa.
Desde dos manzanas antes, ya se veía el enorme edificio de correos, Con una gran cúpula que desprendía su propia luz. Unas columnas de mármol cobrizo en forma de espiral daban paso a la entrada del lugar.
-Qué bonito es. Parece que la navidad le da... Algo especial ¿No?
Como toda respuesta, la pequeña asintió y cogidas de la mano entraron.
Lo primero que vieron fue un gran árbol de navidad decorado en oro y mate, con una brillante estrella vigilándolo todo desde lo alto.
A través de las ramas pequeños copos de nieve se habían acomodado y formado una suave capa blanca.
-¡Mira mama! ¡El árbol de navidad mágico!
-¿Mágico?
-Pues claro. ¿No ves que está nevado y bajo un techo? ¡Eso sería imposible sin magia!
-Señoritas, ¿Puedo ayudarlas?
-¿Eh? Disculpe señor, no le había visto.
El hombre rió
-Es normal, no se ve un árbol mágico todos los días.- Contestó guiñando un ojo a Alasse quien le repuso con una gran sonrisa.
-Venimos a mandarle la carta a Papa Noel.-Dijo
Deborah.
-Ho, así que es para Santa ¿Eh?, ¿Y le has pedido
muchas cosas?
El hombre era alto de pelo castaño claro, recogido
en una larga coleta, vestía el uniforme de funcionario, como los demás. Su
nombre lucia en una pequeña y plateada plaquita sobre el pecho:
Denis.
-No, no muchas.-Contestó Alasse.
-Pues entonces seguro que te las traerá.-Cogió la
carta y les señaló que le siguiesen.
Atravesaron toda la sala principal. Niños con
cartas y sonrisas danzaban de un lado a otro con sus respectivos padres
tratando de alcanzarles.
Otros funcionarios atendían sin descanso todos los
envíos.
Denis se colocó tras una urna dorada que tenia una
ranura en la parte superior, escribió algo en la parte inferior de la carta y
se la entregó a Alasse.
-¿Quieres enviarla tu?.
…………………………………….
Mientras, en el Polo Norte…
-¡Vamos chicos! ¡No queda mucho para que cierren
todos los correos del hemisferio Sur!
-¡¡5, 4, 3…- Las cartas y paquetes seguían cayendo,
uno tras otro, por lo que parecían enormes tuberías mágicas de oro.
Traían cartas de todas las partes del mundo.
Cada carta es una ilusión, un deseo, un anhelo de
amor, esperanza e ilusión.
-2,1,0!! -Con un estrepitoso sonido las cartas
dejaron de caer y de pronto todos los gnomos elfos y duendecillos que habían
estado en ese turno se felicitaron mutuamente, y despejaron la zona para ir a
descansar a sus pequeñas cabañitas.
Cada una estaba construida por el mismísimo Santa
Claus, del material que su habitante más apreciase. Todo cuidado hasta el último
detalle y cuando entras en ellas, la magia y amor invaden tu corazón.
Pero… ¿Quién no iba a estas colmado de gozo y
alegría en el reino de Santa Claus?
El siguiente turno entró rápido.
La señora Claus selló los labios de su marido con
un beso, ambos miraban a los pequeños duendecillos y elfos trabajar duro, pero él también tenía mucho que hacer, leer todas esas cartas una por una,
clasificarlas y luego un cansado y laborioso tiempo gastando hasta la última
gota mágica para conceder los deseos y peticiones de todos los niños buenos del
mundo.
Noche buena era la recompensa, una vez que viese su trabajo reflejado en las sonrisas de los niños.
martes, 6 de diciembre de 2011
La balanza- La mar
Hasta en el lugar más hermoso y paraíso más extraño podemos llegar a encerrarnos en los problemas inventados para equilibrar la balanza de lo bueno y lo malo.
Pero olvidamos apreciar lo bueno y nos dejamos atrapar por lo malo dándole un poder innecesario haciendo que rija nuestra vida tal y como si estuviese pautado. Entra a la gente con una sonrisa dándoles a elegir entre lágrimas y sonrisas porque una risa se olvida pero el llanto se graba a fuego.
¿Como puedo ser tuya si tan siquiera me conoces, si apenas eres mía en una diminuta parte?. La mar te envuelve visual y sonoramente te atrapa con su canto que viene de los profundos fondos cuyos secretoss oculta para nunca ser revelados.
Noche y día tu nunca descansas bajo la influencia de tu enamorada bailas al son del alba y con tu suave silueta marcas un ritmo que nunca decelera.
By: Kiissy
Pero olvidamos apreciar lo bueno y nos dejamos atrapar por lo malo dándole un poder innecesario haciendo que rija nuestra vida tal y como si estuviese pautado. Entra a la gente con una sonrisa dándoles a elegir entre lágrimas y sonrisas porque una risa se olvida pero el llanto se graba a fuego.
Noche y día tu nunca descansas bajo la influencia de tu enamorada bailas al son del alba y con tu suave silueta marcas un ritmo que nunca decelera.
By: Kiissy
¿Te sientes identificado?
Sentirme tan bien y tan mal a la vez, odiarte y amarte.
Quiero cambiar esto, hacer algo bueno, algo bien, pero la vida pasa y sigo en esta mierda.
Perdida nadando sola en la oscuridad y no ver que muchos otros están igual, a dos centímetros de mi.
Nada de esto se siente bien, nada de esto debería ser como es.
Egoísmo y rabia luchan con la pena y el remordimiento, la desesperación te invade y comerme el tarro con estúpidas mentiras hace que me sienta completa y bien y ver como todo se derrumba amar a alguien y confiar en algo pero sin fe.
Tener esperanza en algo imposible, pegar y empujar luchar con la marea y lo veo, se como te sientes como me siento como es todo pero no encuentro la manera de salir de esta, solo dejar que el tiempo corrompa y erosione mi interior a su gusto y al de los demás, yo solo espero no perderme mucho más en esta oscuridad.
Porque con cada cosa triste y humillante que escribo tu te sientes mucho mejor solo que no sabes que yo estoy genial y tu no.
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