La gente se pelea en las fronteras, luchan por tener la vida que siempre anhelaron y pretenden dejar en una ciudad lo que ya no quieren, para ser un país donde nada falte.
Pero hay incoherencias que, por absurdas, son ciertas.
Miedos que por sin sentido, siempre aciertan.
Y malos augurios que por gafes, siempre llegan...
Como por ejemplo, que noches de dolor se alarguen hasta la mañana.
Que las puestas de sol se acaben cuando salga la luna.
Que la sed llegue cuando se agote el agua.
Y que el frío apriete cuando ya no me quede el abrigo de tus brazos.
Que todo se apague cuando ya nada me consuele.
martes, 22 de octubre de 2019
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