Nos movemos como peones esperando a que nos maten y no sabemos bien quien lo hará, si el Coronavirus, el aburrimiento o la soledad.
Pensando en mi cama descubrí dos cosas:
-Quedarse en casa, no es lo peor que te puede tocar soportar.
-Esta no era la peor cuarentena que vivía ni de lejos.
Sí, me dolía la muela, me arrepentía de muchas cosas pasadas durante todo el tiempo libre que tenía y también me agobiaba con el trabajo sin poder salir de entre cuatro paredes y una pantalla... pero aún así, de corazón os aseguro que no era la peor que sufría.
La peor con diferencia fue mi propia cuarentena particular del 2018-2019.
Eso sí fue horrible.
Eso sí fue doloroso. Eso sí fue una plaga de destrucción en todo mi mundo.
Pero como todo, pasó, se enfrió y murió...
Y como toda muerte cercana e importante ahora descansa bajo la tierra de otros recuerdos, le lloro de vez en cuando y siempre la llevaré en el corazón.
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