martes, 24 de febrero de 2015

El caso de los libros gratis

Entras un buen día a tu facultad, más concretamente, humanidades y nada más entrar te encuentras con una montón de libros apilados encima de una mesa abarrotada. La gente pasa sin prestarles mucha atención, reciben alguna mirada de reojo o algún comentario como "¿Y esto?" por parte de algunos curiosos que se acercan a ojear las portadas. 

Nadie parecía imaginar que esos libros estaban ahí para cogerlos. Gratis. 
Cuando el primer lanzado se acerca a la mesa y coge un libro temeroso, una avalancha de indecisos rodea el montón hasta hacerlo desaparecer en sus mochilas.

Ahí me pregunté ¿Que tendrá la cultura gratis que nos vuelve locos? Lo fácil que sería ir a Wert y enseñarle todo lo que leemos si nos lo regalan, todo lo que estudiamos si nos dan cursos gratis... Cuando llegue a casa con mis nuevos y gratuitos libros me senté decidida a leerlos ávida de nuevos conocimientos acerca del feminismo y cuatro normas gramaticales pero la tarde se me pasó en las redes sociales. Al día siguiente al volver a la facultad me topé con un nuevo montón repleto de nuevos libros, me acerqué y me desilusioné al ver que ya los tenía pero aún así tuve que frenar el impulso de coger otro ejemplar "para un amigo..."-Pensé, pero sabía en mi interior que no.

Cuando al mes de cogerlos, los libros del primer montón aún no habían salido de mi mochila y de hecho, ya ni me fijaba en la mesa de los regalos por las mañanas, me di cuenta de que aquí lo que queremos es tener. Si nos hubiesen regalado unas pinzas para el pelo los calvos se las habrían llevado a pares, si en vez de libros hubieran sido condones hasta el de "todos los domingos a misa" habría cogido uno. Y con este ejemplo explico el mundo, la cuestión es tener, tener y si te dan la mano coger el brazo, tener tanta cara como para pasar por encima de los demás por aparentar y echarle la culpa a terceros.
Que curioso eso de tener un cartel de gratis en la frente lo apetitoso que pareces al principio y como te desprecia al final. 

No sabía que hacer con mi indignación hasta que me di cuenta de que enfocaba mal el dilema, lo realmente importante, la conclusión a la que se puede llegar, es que para cambiar no hay que pedir a los demás que nos lo den todo, sino que tenemos que comenzar a explotar todas las herramientas que tenemos para crecer, mejorar y poco a poco, de nuestra plantación recogeremos frutos que nos darán más semillas para plantar de nuevo. No hay que coger por coger y perdernos en un "Ikea de cultura" si no cogemos al toro por los cuernos y "deixem pasar el caloret de l'hivern".


By:Kiissy

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