Hola, ¿sabes quien soy? Espero que si porque ni yo ni mi familia podremos olvidarnos de ti. Hace dos años mi hijo autista recibió 100 felicitaciones escritas a mano de sus colores favoritos. Todas ellas firmadas por diferentes personas, con diferentes letras y contenidos... Se puso muy contento, las leyó todas y no podíamos ni imaginar de donde habían salido porque, nuestro hijo, no tiene amigos, ynunca ha celebrado su cumleaños... Entonces encontramos los rotuladores y trozos de papel de color iguales a los de las postales en la basura y supimos que habías sido tu. Gracias por regalarnos la primera sonrisa de Daniel en 10 años.
Hola, quería darte las gracias por aguantarme la mano cuando no podía más, por contarme un cuento mientras el dolor me ahogaba, por hacerme ver lo bonito y no dejar que me comiese el miedo. Nunca me olvidaré de ti, de tus historias, de tus palabras de aliento... Gracias. Vales mucho, muchísimo, tienes ese don que le da paz a todo el que se te acerca, a tu lado parece que nada pueda ir mal, las sonrisas salen solas y la mirada se recarga de energía...
Estamos aquí porque nos has dicho que estabas mal, que pasabas por una mala racha y que no eras feliz y eso no lo podemos permitir cuando tus sonrisas y lágrimas de felicidad hacen de nuestras vidas algo por lo que vale la pena luchar. Gracias a ti, todo tiene más color, nos devuelves el sol todas las mañanas y eso, no se puede pagar ni con todo el oro del mundo.
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