Se que cuando el amor verdadero renuncie en esta vida a vivir
en mi, el mundo que se me ha dado ahora en la juventud como un tablero de
ajedrez se girará y se convertirá en el infierno al que no supe llevar a la
gloria. ¿Mis errores de astucia serán castigados o la misericordia infinita de
Dios podrá perdonarme? Las habladurías envenenan el corazón, la vida desata
pasión, el dolor es como una espada atravesada en el pecho y pensar en la
virgen y en su dolor al ver a su hijo siendo crucificado dan ganas de
ralentizarla y bautizarla con lágrimas de tu propio dolor para acompasar el
suyo. Regocijarse en el dolor ajeno y poetizar las palabras en nombre de Dios
podría ser hasta injurioso. No se si esto es un vertedero de preocupaciones y
sentimientos o si estoy redactando mi propia sentencia con una carta de perdón.
No se el destinatario y mañana espero no recordar al remitente.
BY: kiissy
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