Somos unos genios, unos cracks, unos máquinas, para lo que queremos.
Se nos da genial el autoconvencimiento.
Constantemente nos estamos contando cuentos. Nos estamos ordenando sentir, nos ordenamos hacer, decidimos decir unas cosas en lugar de otras... Incluso nos autoconvencemos de que NO nos estamos autoconvenciendo. Es una locura, ¿a que sí?
Pero hay ocasiones en las que el poder de tu decisión y autoconvencimiento no alcanza a cubrir tus necesidades. Enfrentarse a la muerte, a la pérdida, es una de esas situaciones que se van de nuestro control. Son momentos en los que te preguntas ¿Por qué pasa esto? y ahí no hay un cuento lo suficientemente grande que contarte y que sirva para aliviarte de la realidad.
Vivimos en un cuento, que tiene capítulos y a cada capítulo, como a toda historia, le llega un final. Y normalmente, no elegimos ese final, por eso no nos cuadra la historia.
A esto se le llama el despertar de la conciencia, cuando reparas en tu verdadero ser, no en el protagonista e tu cuento. En esos momentos, o te decides a reinventarte o mueres.
¿Qué cuento vas a contarte a la próxima, cuándo todo se desmorone, genio?
lunes, 9 de septiembre de 2019
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