Se preguntaba Rodney caminando un lluvioso día de Octubre.
Un extraño sentimiento oprimía su pecho. Su pelo despeinado y pelirrojo daba lugar a imaginar el día del joven. Cansado, triste, preocupado...
Puede que tan solo hiciese una montaña de un grano de arroz, que la vida me girase la cara, era una visión negativa... Puede que yo se la esté girando a ella en vez de sonreírle, por mucha mierda que tenga.
Es tan solo una nueva situación por la que estaba destinada a pasar y por la que pasaré. Está en mi mano aprovecharla.
Suelen decir, que lo más peligroso... Es preocuparse por el decorado de un teatro, en lugar de prestarle atención al sentido del guión, en lugar de disfrutar cada segundo a tu manera que, sin darte cuenta pasa y tu y solo TU puedes hacer que no mueran en vano, puedes conservarlos como el mejor de tus recuerdos o como la peor de tus pesadillas.
Rodney pisaba algunas hojas secas y mojadas, en algunos charcos se reflejaba tan nítidamente que podía ver el verde de sus ojos... Los guantes poco tapaban del frío que quemaban su piel.
Claro que no siempre está a tu alcance controlarlo todo para que sea perfecto... La clave está en ti, en adaptarte a todo como si fuese lo mejor que te podría pasar...
Suspiró ya más aliviado, relajó sus pulmones inspirando fuerte y saboreó el ácido sabor del otoño, la vida que emanaba la tierra mojada. Ahora podía volver a casa.
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