Parte veintitrés por la edad, porque no sé cuántas entradas le he dedicado ya a este concepto y porque me estoy dando cuenta de que cada entrada ha supuesto un significado diferente en cada etapa de mi vida. Porque sí, en este blog hay cuentos de hadas y también trozos de mi vida en intentos de poesía.
El mundo es perfectamente imperfecto, la naturaleza no se equivoca porque no está atada a una moral, es letal, devastadora, preciosa y milagrosa al mismo tiempo. Regenera cuerpos, crea ciclos de vida infinitos, genera abundancia y toda causa tiene su efecto y propósito u origen.
En definitiva que tú no estarías aquí si no fueras tan perfecto como la naturaleza lo es por definición.
Sí, tú, incluso con tu depresión, bipolaridad, TOC, cáncer, ELA, virus, bacteria, hongo, deformidad... Eres, tal y como ya cité aquí hace casi 10 años, fuking perfect como dice P!NK.
El sufrimiento y el caos también es materia en un orden perfecto que simplemente nuestra mente no logra entender, con su causa y consecuencia.
Solemos atribuirle nombres incorrectos a cosas que nos producen sentimientos negativos, como por ejemplo, la recientemente citada: "caos". Cito textualmente de la buena de la Wikipedia:
La palabra caos viene del griego χάος (khaos), palabra que en origen designa a un abismo oscuro, pero que en las cosmogonías y la filosofía griega significa "masa de materia sin forma". En la mitología griega, Caos era un abismo desordenado y tenebroso que existía antes de la creación del mundo.
El origen del mundo, de todos nosotros, fue precedido por el caos.
O incluso la popular frase de "mi vida es un caos" que usamos con una connotación negativa, no tiene ni pies ni cabeza. Es una masa de materia, sí, pero con forma y energía que constantemente cambia de vibración y se transforma en una cosa u otra.
La vida es perfectamente imperfecta, porque viene del caos y porque no se cuestiona el bien del mal. El caos tiene una perfección que escapa a nuestra percepción. Con su muerte y transformación, con su dolor y alegría da paso a la creación.
Los seres humanos actuamos y creamos según la moral. Decidimos que una cosa es justa o injusta según nuestro código de acción social en lugar de fluir y ese es nuestro verdadero error.
Si el universo se planteara las cosas, no hubiera estallado.
Si el mundo entendiera de bien o mal no tendríamos lo que nosotros vemos como cosas malas, no existiría el sufrimiento.
Es más, si la moral fuera natural no la usaríamos tanto para limitar y juzgarnos... Porque un oso no juzga a la mantis religiosa cuando mata al padre de sus crías y los terremotos y tsunamis no limitan su fuerza ni territorio.
Entonces, ¿acabo de decir que nuestra perfección reside en el caos y la imperfección en la moral? Sí, creo que sí.