Hay personas que son el cambio y hay cambios que mueven personas.
Hay personas que necesitan de esos cambios para moverse, y las hay que no necesitan de nada ni nadie para dar un paso adelante.
Hay personas que ya no están ahí cuando llegan los cambios grandes y hay otras que se quedan siempre detrás de la ola del tsunami que arrasará con todo para que nada vuelva a ser como antes.
Hay gente que deshea un cambio, sí, lo deshea con esa h de ahí. Porque desear es algo maravilloso y también un error, porque si deseas es que hay algo que quieres y no tienes. No lo tienes porque no haces nada para conseguirlo por eso no es un objetivo, sino un deseo. Por eso lo escribo así, desheo. Con su error y su dulzura. Sin censura. Porque las H también sirven para arrastrar sonidos entre las cuerdas vocales, en inglés se transforman en gemidos y en español se silencian para poder escucharnos en medio de nuestro propio ruido.
Pero te pido algo, aprende a ser el cambio, deja de deshearlo. Que las h que te encuentres te liberen, que no te hagan sangre. La vida es dulce, muy dulce, encuéntrala.
lunes, 20 de mayo de 2019
domingo, 12 de mayo de 2019
En las medias
Me la quedé mirando sin saber bien que decir. La noche se apoderaba de mi y ella seguía sentada en el suelo con las piernas estiradas sobre la hierba. Intuía que esa imagen estaba solo en mi cabeza.
Las horas transcurrieron sin mayor esfuerzo entre los intentos de no caer dormida y de pensar algo lúcido que evitara que el problema siguiera a la mañana siguiente.
No tenía miedo pero seguía alerta. Sabía que toda ella era fachada. Su ropa, su pelo su maquillaje, esas pintas de macarra para ser una... Mi pensamiento quedó interrumpido de nuevo, porque sus manos decidieron moverse rompiendo un silencio de porcelana.
Entre los dedos tenía flores tatuadas, lavanda, claveles y amapolas. Cogió unas rosas que aparentemente habían estado bajo sus pies todo este tiempo y las arrancó con el tallo largo para metérselas por sus medias de reja.
Me asusté.
-Te vas a hacer daño... tienen espinas.-Dije con voz adormilada y preocupada.
Por primera vez me sonrió y siguió su labor de llenarse esas medias, que tan mala impresión me daban de ella, con flores de todo tipo que iba sacando de sus dedos y arrancando las que mágicamente aparecían del suelo.
Definitivamente estaba soñando, pero no entendía cómo si todavía no me había dormido.
Las horas transcurrieron sin mayor esfuerzo entre los intentos de no caer dormida y de pensar algo lúcido que evitara que el problema siguiera a la mañana siguiente.
No tenía miedo pero seguía alerta. Sabía que toda ella era fachada. Su ropa, su pelo su maquillaje, esas pintas de macarra para ser una... Mi pensamiento quedó interrumpido de nuevo, porque sus manos decidieron moverse rompiendo un silencio de porcelana.
Entre los dedos tenía flores tatuadas, lavanda, claveles y amapolas. Cogió unas rosas que aparentemente habían estado bajo sus pies todo este tiempo y las arrancó con el tallo largo para metérselas por sus medias de reja.
Me asusté.
-Te vas a hacer daño... tienen espinas.-Dije con voz adormilada y preocupada.
Por primera vez me sonrió y siguió su labor de llenarse esas medias, que tan mala impresión me daban de ella, con flores de todo tipo que iba sacando de sus dedos y arrancando las que mágicamente aparecían del suelo.
Definitivamente estaba soñando, pero no entendía cómo si todavía no me había dormido.
domingo, 5 de mayo de 2019
Odio
El odio también cambia, con el tiempo, con los años y las prioridades.
Pero es una condición humana, para Nietzsche el odio es el bien desvalorizado.
El bien por no obrar el mal. El bien interesado en una contraposición y lucha de intereses de la realización humana.
El odio lleva implícita una violencia contra lo que nos hace mal. Evitar, frenar o destruir, tres pasos de contención de una desgracia mayor que nos provoca tanto rechazo que perdemos el control.
Es cuestión de supervivencia, detectar como peligroso y desagradable a alguien o algo.
“El hombre de conocimiento debe ser capaz no solo de amar a sus enemigos, sino también de odiar a sus amigos”.
Ya sea como algo pragmático o como dice Aristóteles, una cura para el desamor, el odio es bueno si se consume con razón y se libera con intención.
Pero es una condición humana, para Nietzsche el odio es el bien desvalorizado.
El bien por no obrar el mal. El bien interesado en una contraposición y lucha de intereses de la realización humana.
El odio lleva implícita una violencia contra lo que nos hace mal. Evitar, frenar o destruir, tres pasos de contención de una desgracia mayor que nos provoca tanto rechazo que perdemos el control.
Es cuestión de supervivencia, detectar como peligroso y desagradable a alguien o algo.
“El hombre de conocimiento debe ser capaz no solo de amar a sus enemigos, sino también de odiar a sus amigos”.
Ya sea como algo pragmático o como dice Aristóteles, una cura para el desamor, el odio es bueno si se consume con razón y se libera con intención.
Igual de especial
Contigo...
Mis lágrimas son de orgasmo.
Mis gemidos son más altos.
Mis heridas sanan antes.
Mis problemas son menos importantes.
Mis padres son mi origen...
Pero
Mis días son contigo.
Mi futuro es a tu lado.
Mis miedos son más grandes.
Mi estabilidad más débil...
Pero
Mi fuerza triplicada.
Mis muros destruídos.
Mis posibilidades infinitas.
Mis ganas más grandes.
Mis celos arden.
Mis latidos rugen.
Mi estómago tiembla.
Y en ese momento, como en un despertar, vi más claro, vi más lejos, vi más de cerca lo que era vivir.
No es rebelión
Es decisión.
Puedes pensar que le estoy dando la espalda al sol, pero mirar a la luna, es igual de especial.
Mis lágrimas son de orgasmo.
Mis gemidos son más altos.
Mis heridas sanan antes.
Mis problemas son menos importantes.
Mis padres son mi origen...
Pero
Mis días son contigo.
Mi futuro es a tu lado.
Mis miedos son más grandes.
Mi estabilidad más débil...
Pero
Mi fuerza triplicada.
Mis muros destruídos.
Mis posibilidades infinitas.
Mis ganas más grandes.
Mis celos arden.
Mis latidos rugen.
Mi estómago tiembla.
Y en ese momento, como en un despertar, vi más claro, vi más lejos, vi más de cerca lo que era vivir.
No es rebelión
Es decisión.
Puedes pensar que le estoy dando la espalda al sol, pero mirar a la luna, es igual de especial.
Biblia
No hay religión buena porque tampoco la hay mala.
La Biblia cambia según quién la lea.
La cruz al revés es la que tuvo que cargar Jesús para poder morir y renacer.
La paloma de la paz, solo iba a construir su nido.
María era prostituta y los Reyes Magos nunca encontraron a Dios.
En mi Biblia hay consejos y esperanza. Pero también perdón y muerte.
Si hay perdón y muerte es porque hay errores que perdonar y una vida que vivir.
Si no te frena Dios, que no lo hagan tus interpretaciones.
La Biblia cambia según quién la lea.
La cruz al revés es la que tuvo que cargar Jesús para poder morir y renacer.
La paloma de la paz, solo iba a construir su nido.
María era prostituta y los Reyes Magos nunca encontraron a Dios.
En mi Biblia hay consejos y esperanza. Pero también perdón y muerte.
Si hay perdón y muerte es porque hay errores que perdonar y una vida que vivir.
Si no te frena Dios, que no lo hagan tus interpretaciones.
A ver si me lees
A ver si me lees, ahora que me he tenido que hacer amiga de este frío, reconocer cómo me separa la piel de los músculos y me los congela hasta notarlos más rígidos que los propios huesos.
A ver si me lees tú. Tú que alardeas de libertades y decisiones, las que te han llevado a la ruina y las mismas que quieres que tome yo.
Tú, marinero y capitán, a ver si la sal llena la cuenca de tus ojos, a ver si el agua te llena los pulmones hasta que ardan, que no respires, que tengas frío. El mismo que me haces pasar cada vez que me miras decepcionado.
Púdrete en tu isla, a la que has llegado navegando solo en tu velero de asta negra y proa hundida.
No me arrastres porque tu ir contracorriente es mi marea y viento favorable.
No hay estrella del Norte que coincida con la tuya en mi mapa. No tengo sueños de los tuyos, de esos con ojos cerrados, yo los tengo con la mirada despierta y la risa fluida.
Si me sigues provocando frío, aprenderé a leer braille pasando los dedos por mi piel. Si no me dejas ser libre de mente, nunca lo seré de cuerpo. Si para ello tengo que matarte, lo haré para mis adentros.
A ver si me lees tú. Tú que alardeas de libertades y decisiones, las que te han llevado a la ruina y las mismas que quieres que tome yo.
Tú, marinero y capitán, a ver si la sal llena la cuenca de tus ojos, a ver si el agua te llena los pulmones hasta que ardan, que no respires, que tengas frío. El mismo que me haces pasar cada vez que me miras decepcionado.
Púdrete en tu isla, a la que has llegado navegando solo en tu velero de asta negra y proa hundida.
No me arrastres porque tu ir contracorriente es mi marea y viento favorable.
No hay estrella del Norte que coincida con la tuya en mi mapa. No tengo sueños de los tuyos, de esos con ojos cerrados, yo los tengo con la mirada despierta y la risa fluida.
Si me sigues provocando frío, aprenderé a leer braille pasando los dedos por mi piel. Si no me dejas ser libre de mente, nunca lo seré de cuerpo. Si para ello tengo que matarte, lo haré para mis adentros.
jueves, 2 de mayo de 2019
Daño
Siempre me he hecho daño, por no defenderme, porque si no buscas no encuentras pero tampoco mejoras; si no arriesgas no pierdes, pero tampoco ganas.
He tenido costras en la cabeza por rascarme sin control antes de un examen, cuando sentía rechazo todos los días en el patio del recreo, cuando salía de excursión, en las colonias, en la academia, en las actividades exraescolares hasta que... Natación. El agua. Una brazada, ahora otra, sigue. Mueve las piernas o te hundes. Más rápido que viene el de atrás. Más largo que el profe mira. Eres suficiente, eres de las buenas. Silencio absoluto y en ese momento descubrir que bajo el agua hay unos instantes en una vida sin palabras de odio ni miradas de rechazo, solo gorros de colores, gafas de buceo y la posibilidad de nadar, ahogarse o flotar.
Ahora, de todo aquello, solo queda el ruido del silbato del monitor que te hacía tirarte de cabeza sin pensar en nada más.
Los chapoteos se han sucedido por teclas de ordenador, el dolor en el pecho por ardor en el cerebro, el estómago vacío por sopa picante y los labios cortados por pipas sin sal. No es poesía, es una realidad más allá del estudiante, del que busca empezar una vida y no depender de nadie.
Quien busca amar, jugar, sentir y recordar sin llamas, sin armas, sin cuerdas ni amarras. Porque no habéis venido a rescatarme. No estuvisteis cuando necesité que me dijeran que nadase, que no me ahogara... Ahora no estáis para decirme que esas costras solo son las corazas de unas heridas pasadas que solo sangran por mi insistencia en volver a ellas con las uñas...
Porque yo siempre las he visto más como esos pensamientos que no sé callar, que en vez de por la boca por arriba intentan escapar.
Siempre me toca a mi, ocuparme de este templo en el que solo ha entrado de la rosa mi futuro, desde los pétalos hasta las espinas, porque ese es mi fruto. Y eso es muy injusto cuando las ganas de hundirme y la tinta roja de mi pelo las provocáis vosotros que leéis lo que os conviene, comentáis lo que me hiere y destrozáis un cuerpo sobre el que mandan los pensamientos y sentimientos que provocáis en él.
Porque cuando un cuerpo muere, la mano que se auto lesiona y los dedos que aprietan el gatillo no son los asesinos.
He tenido costras en la cabeza por rascarme sin control antes de un examen, cuando sentía rechazo todos los días en el patio del recreo, cuando salía de excursión, en las colonias, en la academia, en las actividades exraescolares hasta que... Natación. El agua. Una brazada, ahora otra, sigue. Mueve las piernas o te hundes. Más rápido que viene el de atrás. Más largo que el profe mira. Eres suficiente, eres de las buenas. Silencio absoluto y en ese momento descubrir que bajo el agua hay unos instantes en una vida sin palabras de odio ni miradas de rechazo, solo gorros de colores, gafas de buceo y la posibilidad de nadar, ahogarse o flotar.
Ahora, de todo aquello, solo queda el ruido del silbato del monitor que te hacía tirarte de cabeza sin pensar en nada más.
Los chapoteos se han sucedido por teclas de ordenador, el dolor en el pecho por ardor en el cerebro, el estómago vacío por sopa picante y los labios cortados por pipas sin sal. No es poesía, es una realidad más allá del estudiante, del que busca empezar una vida y no depender de nadie.
Quien busca amar, jugar, sentir y recordar sin llamas, sin armas, sin cuerdas ni amarras. Porque no habéis venido a rescatarme. No estuvisteis cuando necesité que me dijeran que nadase, que no me ahogara... Ahora no estáis para decirme que esas costras solo son las corazas de unas heridas pasadas que solo sangran por mi insistencia en volver a ellas con las uñas...
Porque yo siempre las he visto más como esos pensamientos que no sé callar, que en vez de por la boca por arriba intentan escapar.
Siempre me toca a mi, ocuparme de este templo en el que solo ha entrado de la rosa mi futuro, desde los pétalos hasta las espinas, porque ese es mi fruto. Y eso es muy injusto cuando las ganas de hundirme y la tinta roja de mi pelo las provocáis vosotros que leéis lo que os conviene, comentáis lo que me hiere y destrozáis un cuerpo sobre el que mandan los pensamientos y sentimientos que provocáis en él.
Porque cuando un cuerpo muere, la mano que se auto lesiona y los dedos que aprietan el gatillo no son los asesinos.
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