viernes, 27 de diciembre de 2019

Antes de salir

Ella se colocó el pelo en una coleta mal hecha y suspiró calentando sus manos frías con el aliento. Sentada al borde de la cama miraba las puertas de su armario siempre mal cerrado. 

-Hoy me han dicho que tengo que salir más de casa, relacionarme con gente.- Murmuró.

Ese pensamiento retumbaba en su mente una y otra vez. Ella ya estaba con gente, todo el día de hecho. Para eso servía internet, para no estar nunca solo.

-Debería hacer esas cosas que hace la gente normal a mi edad.- Continuó rumiando.

Hoy se había enfrentado a una realidad que llevaba tiempo sin querer ver, había despedido a una persona de su vida para siempre y una de sus mejores amigas estaba siendo un verdadero estorbo. El vacío en el pecho que esperaba tener a la noche estaba augurado por un estómago hecho piedra. 

Encima su pareja le había dicho que tiene mal carácter.

Sentada aún en la cama intentaba traer a la mente buenos recuerdos, de esos que sabe que guarda en el fondo de su mente, mientras se hace al ánimo de salir esa noche. Pero ese día ni el monte Erlaitz fue capaz de disipar el nudo de su garganta.

En ese escrutinio de su memoria recordó entre otras cosas las palabras de un viejo amigo escritor que decían así "si alguna vez escribes, nunca lo hagas sobre ti misma y nunca victimices al personaje no suelen caer bien". 

Esbozó una sonrisa triste y antes de salir, escribió.



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