sábado, 15 de octubre de 2011

Diario 15-10-11





-¿Podemos hacerlo? ¿Acaso se nos está permitido volar como Superman?

-¿De que hablas?

-Seguro que si.

-Pues claro que está permitido, pero no se puede, no digas tonterías.

-¿Poder y permitir no es lo mismo?

-Volar por encima de los rascacielos acariciando el cielo a mi paso, las nubes y la luna estremecidas por la felicidad…
Ella sonrió ante la propuesta de su novio.


-¿Sabes por que me gustas?
-¿Porque supe conquistarte?

-Por no tener miedo de decir en alto tu sueño.

-No es un sueño, tan solo una hipótesis.-Respondió rápidamente sonrojándose.
-¿Acaso no es lo mismo?

Se miraron con ternura y sus labios rozaron la comisura de los otros, sintiendo la magia del momento.

-Puede ser… Que no necesite ser Superman para poder volar.
-Puedes hacerlo incluso más alto que él, estoy segura.

Entre risas y besos pasó la tarde arroyándolos hacia una fría noche, cuyo cielo les guiaba como faro por la luna, y las estrellas les decían que solos nunca estarían.



Paseando se acercaron a la gran ciudad hasta que pasaron de sobrevolarla a protegerse entre sus muros de cristal y hormigón.

Al día siguiente salieron de casa. No sin las legañas puestas camino del instituto. Todo parecía gris y apagado no como los besos que anoche…

Sin darse cuenta pasaron las clases una tras otra, miradas y caricias bailaban entre comentarios y risas.

No nos olvidamos las chaquetas al salir pues el viento parecía un regalo de la noche que el sol no había podido arrebatarnos.

Entre el calor de sus manos me entró la duda y la incertidumbre…

-¿Qué sería de mi sin ti?

-Tan solo un estúpido sueño. Solo así podría pasar.- Dijo firme y dulce, tratando de no sonreir.

-Entonces cuando mueras… ¿No podré despertar?

Su gesto se volvió tosco pero aun así habló de ello con sorprendente facilidad.

-Cuando uno de los dos muera… No podemos permitirnos el lujo de dejar de volar ¿Recuerdas?
-No lo entiendo.

-Volar es cambiar la vida negra por el color más bello que tus ojos jamás dignaron mirar, volar es saber hacer de una pesadilla un sueño mágico de donde no querer despertar…




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