Como a veces con el estómago encogido, haber vuelto me ha dado más tinta de lo que antes me estaba permitido. Siempre me sobrarán motivos para agradecerle a mi rosa que es por ella y prometo que nunca me faltará tiempo para decírselo. Aunque sea en líneas a través de una pantalla.
Si estoy mal, no sé si como y mucho menos sé decir cuándo. Porque si estoy mal, procuro no moverme mucho. Ato las manos. Se encogen los pies, el corazón y las piernas. Ni siquiera llego a medir 1.61 cuando me asusta caminar por miedo empeorar.
No como, porque antes de conocerte me hicieron comer demasiado. No hay un cuándo programado para saber si voy a volver a comer así. Ni como ni cuándo. Porque estoy segura de que es ahora el momento en el que yo decido que marcas van a quedarme para el resto de mi vida. Que sentimientos van a alimentarme, que voy a hacer con tal de que me sigas mirando como si fuera lo mejor que te ha pasado. Porque sé que soy buena, pero a tu lado soy mejor.
Te amo. A ti si que te como y no me importa cuándo. Solo te quiero a ti a mi lado.
sábado, 8 de diciembre de 2018
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