jueves, 13 de diciembre de 2018

Peligro, daga y veneno

Sus ojos me miraron desde la otra punta de la habitación, sabía que estaba ahí aunque no pudiera verla.

Sus silencios eran droga y oasis en una avalancha de emociones.

La mano cobra vida, sus dedos se deslizan por mi vientre. Me siente, la siento.

La sonrisa, la mirada. Perversa y desenfrenada.

Respiro tranquila con su beso. Me marean sus versos y la dulzura en el proceso de hacer que acabe en su cielo.

Lluvia, hojas y rocío, hay fuego en mi selva y gritos en el olvido. Quiero ser dueña de esos recuerdos, de todos los gemidos.

Sigo sintiéndote, en mi espalda, en el vientre, en mis manos y en el cuello. Me llevo los dedos a la boca y sonrío humedeciéndolos.

Qué peligro para el alma, qué daga en el pecho y qué veneno letal si me cierras las puertas de tu cielo.

A ti, que te gustan las armas blancas, eres la más afilada que he sentido en mente y alma.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja un comentario y haz más amena esta hora del té :) GRACIAS

Despedidas

No es lo mismo que te despidan de tu trabajo que en una cama de hospital. No sabe igual despedirte de tu piso de soltero que de casa de tus ...